Corto Punzante

¿Cómo se destaca hoy en día cuando hay tantos proyectos bajo el mismo juego? La explosión indie en este país ya lleva años y podríamos decir que ya no es el conglomerado más popular. En ese caso, sería el trap y reggaetón.

Pero Dejénme Dormir destaca. Entonces, ¿cómo chucha es posible?

El 28 de octubre del presente año se lanzó el disco de estudio debut de Dejénme Dormir, cuarteto formado en Santiago. Bautizado como «Neumonía«, es un LP que se escuda bajo las líneas del indie rock con toques de rock alternativo.

Casi 40 minutos de expresión, nueve canciones como la artilleria de lo que es un primer larga duración, con sonidos que recuerdan a las etapas tempranas de Niños del Cerro o a «Balneario» de Los Animales También se Suicidan.

Okay, recuerda a proyectos que han demostrado su éxito en el mercado chileno, pero sólo recuerda, no suena igual. Ahí no está la respuesta.

Después de cabecearme un par de noches escuchando el disco una y otra vez -sobretodo para escribir esta crítica y no quedarme con un «no sé» como respuesta- hay tres pilares que mantienen la fortaleza de este LP.

La primera: Las voces. No son precisamente la voz que se asocia a «belleza» o «claridad», (como esas que escuchabas en The Voice o programas parecidos), pero para el ambiente e instrumentalización que construyen es perfecto. Sin miedo a cagarla en el concepto, no son voces «belllas por norma«, pero suenan muy bien al transmitir la emocionalidad y la lírica de sus canciones.

Segundo, las composiciones. No son extremadamente destacables pero son muy sólidas a nivel general y como una experiencia completa. Esto facilita el momento de «escuchar un disco completo«, de principio a fin sin saltarse ninguna canción.

La canción menos buena del álbum sigue siendo buena y de ahí el resto suenan bastante bien, con el punto más alto en «Cara de Pena«.

Tercero, y el más importante para su humilde servidor, la emotividad de cada letra. A veces creo que se le ha perdido el peso a la lírica, a la potencia del mensaje con sentido. Últimamente he sentido que es un apartado que sólo se está preocupando el hip hop nacional.

Pero con Déjenme Dormir, está como para conseguirse un cancionero porque son canciones cercanas, letras que pegan en nuestro pesar más profundo. Nuestra emocionalidad de pequeños o de grandes, la fragilidad de nuestras emociones siempre ha sido un tema que cruza todas las edades.

La banda es capaz de hilar la fragilidad de la humanidad, que se ha hecho un montón de veces, pero las canciones están construidas con sentido, no el rimar por rimar, haciendo mucho más valorable el proceso creativo.

Mi único pero, de regodeón, me faltaron más canciones tan potentes como «Cara de Pena«, pero ya es quejarse de lleno.

Es un disco completisimo, otra prueba que se puede seguir brillando en un mercado tan abarrotado y buscar formas de conectar con el público si te tomas el tiempo.

Y obvio, que la música chilena está más fuerte que nunca.

Mi veredicto final para Neumonía es:

8 de 10 heridas