«Kiltro Romántico» es un riesgo desde su concepción al ser una mezcla de estilos y sonoridades, sin definirse mucho.
Lamentablemente, su gran defecto reside en esto. El EP se termina sintiendo como un menjunje que no termina de cerrar por ningún lado.
Gran parte del concepto reside en la música que escuchaba el autor en Rancagua durante los dos miles, «merengue house, la cumbia villera, el axé y el reggaetón«. Carlos Tuñón intenta de englobar estos géneros a lo largo de cuatro canciones.
A pesar de que se notan las intenciones del artista detrás de la propuesta, ninguna parece culminar en una canción sólida. Cae en muchos lugares comunes y las referencias se terminan comiendo la obra original.
Es una pena, porque al menos Carlos si quiere proponer algo nuevo, algo fresco, pero al no tener un norte claro, ni en estilo ni género, abarca la superficie de forma torpe, sin lograr tocar bien el núcleo de cada mundillo al cual quiere rendir tributo.
Por otro lado, a pesar del autotune, no logra proyectar con fuerza su propia voz y el sentimiento se centra, nuevamente, a replicar tendencias o referentes históricos de la música.
Lo que se puede sacar en limpio de todo esto, es la importancia de saber en qué terreno estás jugando y con qué elementos quieres jugar. Si vas a jugártela, por ejemplo, con la guaracha, hazlo pero con todo. No hay que quedarse a mitad del camino, debes saborear hasta la última gota de lo que significa la guaracha.
He ahí el gran problema de todo este kiltro, que no llega a saborear, ni morder la esencia de lo que busca proponer.
¿Retirarse? Ni cagando. Si Carlos quiso incursionar en este mundo y este es su primer atisbo de lo que puede ser una carrera, que lo siga haciendo. Las ideas están, sólo debe encontrar su propia voz y enfocarse en lo que quiere hacer. Sin embargo, no puedo recomendar este EP.

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