En general creo que todas y todos tenemos una noción de la música andina, al criarnos y vivir acá en Chile. Es algo inherente a parte de la cultura, y aunque a veces se vea eclipsado por otros géneros, es un sonido que está arraigado al ser parte de la historia latinoamericana.
Entonces, si traemos de vuelta el género a la contemporaneidad, ¿cómo podemos hacerlo?. Por un lado, bandas históricas como Los Jaivas o Illapu han tomado estos sonidos y mezclado con otras ramas, como el rock, para dar vida a nuevas interpretaciones.
Eso queda en los clásicos, pero Francesca Santoro es capaz de tomar elementos pop e introducirlas a esta raíz musical y, la mezcla de composición, instrumentos y las líricas de la artista, dan vida a un homenaje y una reinterpretación de la música andina.
Una movida arriesgada tomando en cuenta el panorama musical actual, donde el bombardeo de estímulos está a flor de piel, pero como una pausa y tal vez una celebración de la música que corre por las venas de pueblos milenarios.
Pues toma el riesgo, su entrada y salida del disco engloban de manera magistral todo lo que ofrece el disco, un disco que cumple y sorprende varias veces con el pop conocido y familiar, mientras los instrumentos de cuerda y viento se convierten en protagonistas al son de la percusión.
Es una fiesta, es un lamento, es una demostración dinámica y flexible de sentimientos, de emocionalidad y de una postura política que se enraiza entre los núcleos de algo propio, algo que a veces parece olvidado, pero está en el corazón del pueblo latinoamericano.
Francesca Santoro logra englobar ese sentimiento y sonido antiguo, pero que puede y, muchas veces creo, debe traerse al presente bajo una resignificación del lenguaje musical. Con diez canciones lo borda y logra transportarte a un carnaval mientras te hundes en la experiencia.
Con esta crítica volvemos al ruedo de escribir sobre música nacional, y también potenciar talentos, porque discos como este y voces de este calibre, deberían tener más espacio en nuestras vitrinas digitales.
3.7 de 5 plegarias

Deja un comentario