El tercer disco de Entrópica es la maduración de un estilo propio, que concatena una serie de canciones y colaboraciones que brillan por sí solas.
¿Dónde recae el encanto de “Ángel malo«? Es más, ¿dónde recae el sonido que ha cultivado con los años Francisca Bascuñan Vial que, a mi parecer, logra dar un paso enorme en su último disco de estudio.
“Ángel malo” es el tercer LP de Entrópica, un compendio de once canciones, repleto de colaboraciones encasilladas en el synthpop, tomando retazos de pop alternativo y pop latino, dando una muestra del historial de la artista y lo que termina entregando.
La carrera de Francisca incluye colaboraciones con Javiera Mena, una seguidilla de lanzamientos entre 2016 y 2019 (incluyendo el álbum «Formas«, ganador de un Premio Pulsar), y colaboraciones con diversos artistas.
Sumado a lo anterior, se ha hecho presente como productora musical para otros artistas, además de realizar giras internacionales.

El tercer disco es la demostración que, sus más de diez años como solista, han dado fruto en un sonido conocido, pero propio, además de la madurez a la hora de producir la batería de canciones que conforman “Ángel malo”, nombre que recibe la clásica teleserie de Canal 13.
Creo que la primera palabra que se viene a la mente es que este disco es dinámico. Con tan solo 36 minutos y once canciones, se las arregla para que ninguna canción pase desapercibida.
A pesar de que cada una está englobada bajo un concepto y una colaboración distinta, la estética y atmósfera general que acompaña la experiencia es homogénea, no da espacios para disonancias y presenta una sensación bailable constante.
Es una mezcla de sensaciones y emociones, un choque entre lo nuevo y la nostalgia, jugando con los tiempos y dando cabida a momentos únicos dentro de su propuesta general.
Por otro lado, no creo que todas las canciones estén al mismo nivel. Temas como “No necesito”, “Tu Demente” o “Copiona” se lleva los listones. Sin embargo, eso no rebaja la calidad del resto del repertorio, si no que da una sensación de montaña rusa: Pequeños espacios de descanso entre temazo y temazo.
Pero por sobre todas las cosas, “Ángel Malo” asume la matriz y núcleo del synth pop. ¿A qué me refiero con esto?
Me ha tocado escuchar muchos proyectos que dicen trabajar desde el synth pop, pero son muestras tenues y casi imperceptibles, confundiéndose con otros tipos de pop, justificando el subgénero en el uso de sintetizadores.
Entrópica no. El proyecto asume y construye profundamente desde el subgénero, mezclando con otros estilos solo para sazonar aún más el resultado final de sus canciones. Se nota en cada beat, en cada cambio de ritmo, en cada entonación que pasa por un filtro. El synthpop tiene esa nostalgia futurista, ese sentimiento de un futuro que aún no abrazamos. Francisca es capaz de sumergirme en esa sensación.
3.7 de 5.0 ángeles

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