«Desde Mi Privilegio»: Golpea y grita como si no hubiese mañana

Canta, grita y golpea como si no hubiese mañana. Así podría definir mi experiencia escuchando a Don Bolo el año pasado. Una inyección de energía y sentimientos atropellándose en BAHAMUT, uno de los mejores discos de su país de origen.

¿Pues saben qué? Regresaron y golpeando mucho más fuerte que antes.

Don Bolo es una banda ecuatoriana que podríamos definir, como dice Vistazo, “un experimento de anarquía musical”. Hace una semana sacó su nuevo disco, Desde Mi Privilegio, un LP de once canciones y 22 minutos de duración.

Una experiencia abrumadora, que a veces no parece tener ni pies ni cabeza, ¿pero sabes qué? Me encanta desde el fondo de mi alma.

La mezcla insana y, tal vez, nada recomendable para la salud de Avant-Garde Metal y Hardcore Punk presenta un LP más centrado en las cuerdas y la potencia descomunal de su batería.

No sé si siguen teniendo el mismo baterista del disco anterior pero, desde mi pequeña vitrina acá en un pequeño pueblito de Chile, deberían hacerle un monumento. No había sentido ese frenesí de batería desde las tocatas de mi liceo, cuando era un pendejo imberbe y con los bolsillos vacíos.

Desde Mi Privilegio tiene una barrera de entrada densa. Ese debe ser su talón de Aquiles. No es fácil entrar a la experiencia si no estas acostumbrado a este estilo o si no tienes una sed de caos interminable.

Esta entrega es mucho más corta y compacta en comparación con BAHAMUT, dejando de lado el uso de collage de audios y solamente valiéndose de los recursos base de su género. Es un regreso a la formula “tradicional” -entre muchas comillas porque se sigue saliendo de la norma de la música en general- pero no por ello van a dejar de impresionar.

De lo poco que he leído respecto a comentarios de este disco -seamos más abiertos mi gente de Ecuador, a escuchar más Don Bolo por favor- se podría definir este disco como vulgar, ruidoso y violento.

Mira, a pesar de que la mayoría lo tomaría como insulto, creo que es una forma impecable de definir este disco, que sus mejores momentos son gracias a esta densidad, a lo frenético, del golpe directo a nuestros sentidos.

A pesar de ser una batahola musical, la gran mayoría de las veces va a mantener una especie de armonía, muy a su estilo, que deja en claro que estos no son sonidos ni golpeteos al azar, sino que hay cabeza detrás de todo el proyecto.

En general, todas las canciones son buenas, aunque debo destacar que la primera parte del disco, es decir hasta «Ungoliant«, es donde está el grueso del poderío Desde Mi Privilegio. Son canciones para tener en la lista de la próxima tocata, en ese orden, porque es como un himno que aumenta y aumenta hasta tocar cielo con la canción ya mencionada.

Luego de ello baja un poco ese frenesí caótico atrayente, pero sigue haciendo bien el resto, volviendo a ver destellos en «Vanguardia y Empatía» y «1234«.

Qué más puedo decir aparte de que a pesar de no ser para todo el mundo, anda a darle una oportunidad a Don Bolo. Toda esa violencia tiene algo atrayente y hasta terapéutico.

7.6 de 10

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