TOP 10: LPs DEL 2025

Desde debuts inesperados hasta regresos esperados, este año consolidó una escena nacional que no teme experimentar. Aquí van los discos que marcaron la diferencia y que merecen quedarse en tu biblioteca todo el 2026.

Mientras más tiempo paso con este medio, mayor es la cantidad de gente que escucho que sale cada año. No es solo que vengan desde las agencias o sellos discográficos, sino que también muchas personas independientes escriben con sus proyectos bajo el brazo.

Creo que se va a repetir cada año, pero siempre se va a sentir una escena más rica que el año anterior, porque hay más espacios para descubrir y no existen miedos de experimentar. No llevé el conteo oficial, pero fácilmente escuché más de 50 LPs y, en esta ocasión, quiero destacar los diez mejores según Corto Punzante.

10.- «Cada vez que estás acá» de Safo

Indie rock, dream pop

Con nueve canciones y su debut en el ámbito del larga duración, «Cada vez que estás acá» de Safo es una mezcla entre referencias sonoras noventeras con indie rock, shoegaze y dream pop. Una producción con tintes modernos que plasma de manera concreta lo que estaba adelantando la artista y un hito concienzudo de su carrera.

El disco brilla por su producción, a la vez que encanta con su nostalgia, desde la intensidad adolescente del amor y su maduración, que conlleva una mirada más seca, llena de matices y con un breve sabor agridulce en la boca. Safo es la muestra de cómo, jugando con géneros y estilos ya conocidos pero con un sello propio, se puede dar algo totalmente encantador por donde se mire.

09.- «Demás que vas a estar mejor» de Costamora

Indie rock, rock alternativo

Costamora me llegó por andar buscando en foros de música. Estaba catalogado y era una invitación a un proyecto que había pasado por alto. Me arrepiento de haberlo pasado por alto. Desde su entrada, la banda y sus voces marcan una dulzura latente que se ve firmemente acompañada por su ejecución instrumental.

Lo dije en la crítica dedicada a «Demás que vas a estar mejor«: es un conjunto de intenciones desenfadadas que son eficaces y creo que reflejan lo más puro del indie. Sí, tienen un aire a la ola que vimos en los 2000s y 2010s, pero gozan de una modernidad innegable. El disco de Costamora es de escuchar varias veces, como la mayoría de la lista, porque cada vez que le das una vuelta encuentras otro detalle que te hace sonreír.

08.- «Donde las serpientes toman el sol» de Niño Cohete

Indie rock, indie folk

Con diez años de diferencia entre su segundo y último LP, Niño Cohete regresó con una madurez tan consolidada, tanto en visión artística como en composición, que merecía tener un espacio en esta lista. Para mí, escuchar este disco fue reconectar con un yo de hace muchos años atrás, más atribulado y lleno de dudas, pero esta vez con la certeza de que había crecido, al igual que los integrantes de la banda.

«Donde las serpientes toman el sol» goza de toda la esencia ya presentada por la banda. Es esa magia sublime que siempre tuvo la banda, con toques actuales y acercamiento al synth pop, pero con algo nuevo que ofrecer a una escena que ha mutado en la última década. Es casi una carta de amor a esa esencia propiamente tal de la música chilena actual.

07.- «Helíade» de Javiera Electra

Art pop, art rock

Este es el tercer intento, y lo haré de la mejor manera posible para referirme a este disco. Hay tantos pensamientos y sentimientos frente a este disco que nunca sé por dónde comenzar. Creo que un resumen claro y directo es que Javiera Electra aborda una variedad enorme de estilos, líricas y recursos artísticos para darle vida a su disco y, por su gran talento y enfoque, sale victoriosa en cada una de sus ideas.

«Helíade» es casi perfecto porque comprende a la obra musical como un todo, una atmósfera y una estética que recorre todo lo que ha ido ofreciendo con el tiempo, pero a otro nivel, a otra sensibilidad totalmente superior. Es una obra que está muy arraigada a los sonidos propios del continente, los abraza mientras teje hebras de estilos de afuera. Es una simbiosis bella, única y propiamente artística.

06.- «Alma Tadema» de Niños del Cerro

Dream pop, indie pop

Y hablando de madurez musical, llega Niños del Cerro con un disco estéticamente trágico y bello. Durante los últimos años, al menos desde mi perspectiva, la banda ha sabido mantener la esencia que enamoró a cientos en su debut, pero profundizando, afinando detalles y expandiendo los recursos sonoros para traer algo fresco.

Algo fresco y que sorprenda, con detalles tan sutiles como que la producción se siente más relajada y simple, pero refuerza la potencia de los elementos más minimalistas: el casi susurro de Simón, el teclado de fondo, los instrumentos de cuerda conviviendo pacíficamente. Por lanzamientos como «Alma Tadema«, nunca me voy a cansar de Niños del Cerro y la escena nacional.

05.- «Cómo enamorarse con el corazón partío» de Rosario Alfonso

Folk pop, cantautora

Muchos y muchas somos débiles a las canciones de corazones rotos, pero dándole vueltas, la última entrega de Rosario Alfonso va mucho más allá de quedarse en esa base. A diferencia de sus anteriores trabajos, que ya gozaban de una esencia propia, la cantautora renuncia un poco al minimalismo y se toma de la mano una riqueza orquestal.

Con arpas, vibráfonos y leonas dentro del repertorio, colaboraciones y su encantadora e inconfundible sensibilidad, «Cómo enamorarse con el corazón partío» trae un elenco sonoro que nos abre nuevas formas de explorar el amor en la música. Es una expansión musical potente y cargada de dramatismo excelentemente ejecutado.

04.- «La Brea» de Hesse Kassel

Post-rock, art rock

Nunca pude escribir sobre este disco, pero ya tenía una concepción de él antes de publicar la nota, porque lo había escuchado por algoritmo. «La Brea» es denso como solo podría ser gestado por Hesse Kassel y desde el inicio marca esa presencia tan dura que ha marcado tanto la prensa nacional como internacional.

Es una poética brusca, una ejecución instrumental pesada que da espacios de atmósfera muy cerrados, pero da espacio para momentos más abiertos, más iluminados. Creo que la analogía se entiende mejor si ves la presentación en vivo que hicieron en el Matucana 100, cómo juegan las luces mientras la banda despliega todo el talento del estudio frente a decenas de personas dándolo todo.

03.- «Deseo, Carne y Voluntad» de Candelabro

Post-rock, art rock

El debut de Candelabro no lo escuché en su salida, sino muchos meses después, y enganché mucho con su propuesta, pero si me decían que este era el giro que darían, ni cagando me lo creía. Hasta que sucedió. Era muy difícil no enamorarme de este disco, porque había referencias a Los Jaivas, la cantidad de instrumentos en juego se complementan muy bien y me recuerda a otros favoritos de otras tierras.

Sin embargo, estoy en contra de compararlo con Black Country, New Road, porque el elenco a cargo sabe crear un sonido y una experiencia propiamente chilensis. Es un disco sobre un país fragmentado y dolido, donde los viejos fantasmas del pasado más oscuro de Chile siguen presentes. Creo que eso terminó de sellar este amor a primera vista con “Deseo, Carne y Voluntad”.

02.- «El Embalse» de Nicolicio

Indie rock, noise pop

Este disco de Nicolicio me pegó fuerte y ni siquiera estaba viviendo un mal momento en mi vida. Un viaje del héroe trágico y nostálgico, por paisajes desolados pero con historias familiares, con un final que invita a seguir luchando, por uno mismo y por los que quieres.

«El Embalse» logra esa casi perfección gracias a su vocalista, la lírica tan descarnada y honesta, un conjunto instrumental que enerva los sentimientos expresados. Estilo conocido, pero dándolo todo para que se sienta nuevo y potente.

No me da miedo admitir que escuchando «Vigilia«, ordenando el departamento, rompí en llanto porque me reconocí en una época más desoladora de mi vida, que miro de lejos con algo de gusto, porque en el fondo sé que ya salí de ahí. De eso se trata esto: de conectar con esas emociones y avanzar con la esperanza de que no estás solo en esto.

01.- «Dar y Mirar» de Sabales

Indie folk, folk pop

Pasión es lo que siento cuando escucho el debut de Sabales. Me costó caleta darle un solo concepto a este disco, porque navega por muchas temáticas y emociones, pero sonoramente podría resumirlo más o menos así: si lo vas a hacer, hazlo con pasión desmedida.

«Dar y Mirar» tiene en sus ejes la intimidad, la identidad, el cambio y la conexión emocional, en clave folk pop y tomando prestados elementos digitales para presentar algo contemporáneo, a la vez que algo entrañable. Siento que este disco no revoluciona el género que trabaja, pero es mi favorito de todo el año, porque su voz y sus experiencias le dan un peso enorme a su relato, más una ejecución tan pulida y preciosa.

Son la muestra de una transición vocal; de la intimidad buscan conectar con el resto, y de eso se trata el arte, mis queridos y queridas. La música, como el caso de Sabales y el resto de participantes de esta lista, es de compartir, de expresar ideas, de crear lazos a través de la audiencia y, en el fondo, saber que no estamos tan solos como lo pensamos.

Esos sentimientos más puros y de querer conectar me provoca este disco, con canciones que se quedarán conmigo por siempre. O sea, desde que salió me debo repetir fácilmente dos o tres veces por semana «Terrores Nocturnos«, porque es una canción tan delicada y tan íntima, que más encima remata con esa mini orquesta. Nunca me voy a cansar de esta escena musical.

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