El nuevo single adelanta el próximo disco «Esa vez pensé tantas cosas»: un estallido entre hip-hop e hyperpop que cuestiona la hiperconexión diaria y celebra la amistad como salvavidas.
La avalancha diaria de noticias, tutoriales, tragedias, memes, violencia y ternura fugaz tiene un punto de quiebre, y Semont decidió ponerle nombre.
En “Tanta información (voy a vomitar)”, la artista abre una ventana incómoda y honesta hacia esa saturación emocional que provoca vivir pegados a la pantalla, y lo hace junto a Franuli, amiga, cómplice y voz que empuja hacia la superficie cuando la cabeza se llena de ruido.
El single (último adelanto del disco «Esa vez pensé tantas cosas«, financiado por el Fondo de Talentos Creativos de la Corporación Cultural de La Florida) nace como un vómito verbal, una escena íntima donde una amiga se derrumba intentando procesar lo que ve.
“Todo me afecta, todo me cuesta”, dice el coro que dio origen a la canción, escrito mientras Semont exploraba el scratch y hacía convivir lo rítmico con lo emocional. De ahí en adelante, el tema se expande como un loop mental: los estímulos se mezclan, chocan y duelen.
La aparición de Franuli funciona como un segundo aire: la amiga que toma de la mano sin negar la crudeza del mundo, la que recuerda que hablar de lo que pasa (aunque suene cliché) puede salvar. “Cayó como anillo al dedo”, dice Semont. “Ella es supersensible, pero siempre dice ‘vamos hacia adelante’”.
El videoclip empuja la idea aún más lejos. Grabado en La Florida, el barrio donde creció Semont, la propuesta rehúye la estética pulida y abraza lo cotidiano: blocks, árboles, calles familiares, grabaciones con celular, fish-eye y handycam.
Dirigido por Beatríz Arias, el clip retrata a dos amigas divagando por la vida real, sin filtros, sin la narrativa acomodada que suaviza lo que está roto.
En lo musical, el track avanza desde un beat hiphopero hacia un estallido hyperpop que captura la ansiedad de la sobreestimulación digital, convirtiendo la saturación mental en energía, movimiento y desahogo.

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