Los géneros musicales no mueren y la música tampoco

Educarnos como auditores es parte esencial de este proceso de darle vida a la escena musical.

Por casualidades de la vida, en agosto me tocó escuchar varios proyectos de jazz chileno, los cuales me dejaron con un buen sabor y ganas de explorar más. Pero, dando vueltas buscando contenido parecido, me topé con la frase copiar/pegar de que “el jazz no está muerto”.

Lo anterior aplica para el género que quieras: rock, metal, pop, etc. Como quieras, siempre se podrá apelar a un estilo, sugiriendo que aún hay esperanza, que queda una pequeña mecha que aún persiste en un mundo dominado por el conglomerado urbano.

Sin embargo, parece una exageración decir que estos géneros han estado al borde de morir. Existen, solo que nos quedamos con la superficie de todo lo que puede ofrecer el mundo híper conectado.

Decir que cierto género o que la música “no ha muerto” es faltar el respeto, de cierta manera, a artistas y proyectos que están intentando darse a conocer y vivir de su arte.

Creo que el gran problema reside en que, sí, existe una barrera para que la audiencia en general pueda conocer todos los exponentes emergentes que han aparecido los últimos años, y los espacios de difusión son escasos.

Este mismo medio terminó mutando en una curatoría de nuevas voces y propuestas, casi sin querer, ya que el enfoque era solo hablar de música; luego me di cuenta de la importancia de mirar más allá, de qué era lo nuevo que podía ofrecer la escena local.

Con el bombardeo de información y el marketing agresivo, cuesta más pillar nuevas voces, pero no es imposible. También nos acostumbramos a la inmediatez; hemos perdido ese gusto y curiosidad por explorar, por buscar por nuestra cuenta.

Rate Your Music puede ser una buena opción. Su activa comunidad ha logrado armar un repositorio de música, de distintos países y lenguas, muy nutrido y en constante cambio.

Es importante educarnos como amantes de la música y el arte en general, buscar espacios que sirvan de difusión y repositorio de proyectos, educar al algoritmo, ser más específicos en la búsqueda en nuestras plataformas de streaming.

Puede sonar tedioso, pero la recompensa es inmensa; además, abres la posibilidad de apoyar a alguien que se está esforzando por demostrar su talento al mundo.

La música y sus estilos nunca van a morir, siempre van a existir y depende de nosotros también darles vida.

Por ejemplo, en el jazz, y sólo contando este año, podemos disfrutar del virtuosismo instrumental y armónico de Benjanubes con su EP “Xirimiri”; la inmensa atmósfera que logran transmitir Sebastián Pan, Alejandro Pino y Nicolás Ríos en el disco “Camino•Origen”; o la potente muestra de presencia que logra transmitir la Mapocho Orquesta con su LP “Ilusiones Ópticas”.

Todos estos proyectos bajo un mismo estilo, pero cada uno tiene un sabor y una mirada única para apreciar su arte, lo que da resultados distintos y variados. En resumen, tienes de dónde elegir, y solo estamos hablando de lo que escuché en agosto.

Ahí queda la invitación: a darle un poco la vuelta a las herramientas que tenemos a la mano, y no pasar por alto las nuevas voces que tenemos a un “play” de distancia.

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