Quinal presenta Mi casita de arena: un viaje íntimo hacia la reconstrucción y la calma

El músico estrena un álbum cálido y luminoso sobre volver a empezar, reencontrarse con uno mismo y descubrir la belleza en lo efímero.

Hay discos que nacen desde la tormenta, y otros, como «Mi casita de arena«, desde la quietud que llega después. El nuevo trabajo de Quinal es una colección de canciones que hablan sobre reconstruirse, abrazar lo frágil y reencontrar la paz.

Once piezas que, entre melodías suaves y atmósferas marinas, invitan a mirar atrás sin dolor y avanzar con serenidad.

El título representa algo querido pero transitorio, una estructura que el mar puede llevarse, pero que también puede volver a levantarse con más firmeza”, explica el músico.

En esa metáfora reside el espíritu del álbum: la reconstrucción después del derrumbe, el aprendizaje tras la pérdida, y la confianza en que lo que viene puede ser más sólido y luminoso.

El sonido de «Mi casita de arena» se mueve entre la calidez del pop alternativo y la sensibilidad del indie latinoamericano, con ecos de Camilo Séptimo y León Larregui, pero con una voz propia que apuesta por la honestidad y la sencillez.

Cada canción funciona como una conversación íntima, guiada por guitarras suaves, sintetizadores envolventes y una interpretación emocionalmente contenida, pero profundamente sincera.

Al escuchar lo que grabé, sigo aprendiendo de mis propias palabras. El disco me devuelve su enseñanza cada vez”, comenta Quinal, destacando que las letras nacen de un proceso personal de transformación y crecimiento interior.

El mar es el gran protagonista simbólico del álbum. “Nunca fui muy fanático de la playa, pero algo cambió. En un viaje encontré entre las olas un lugar de calma y reencuentro”, cuenta el artista.

Ese descubrimiento marcó no solo la estética del disco —cuyas fotografías fueron tomadas junto al océano—, sino también su esencia: fluir, sanar y volver a empezar.


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