En su segundo larga duración, el músico se sumerge en un paisaje sonoro crudo y contemplativo, donde el concreto y el agua estancada se vuelven metáforas de introspección.
Después de explorar la ansiedad social y el desarraigo juvenil en «Bildungsroman» (2022), Nicolicio regresa con «El Embalse«, un disco que desplaza la mirada hacia adentro.
Grabado junto al productor Vicente Muñoz (Boti), el álbum conserva cada respiración, roce de cuerda y aspereza como parte de una estética brutalista que apuesta por la honestidad emocional.
En este nuevo capítulo, el artista dibuja un mundo paralelo habitado por catedrales de concreto, estepas y el propio embalse como espacios mentales.
Las influencias se mueven entre el post-rock emocional de Modern Baseball, la orquestación de Mahler y la narrativa folk de Father John Misty, con guiños al trabajo lírico de Asia Menor, Déjenme Dormir y Candelabro.
Compuesto entre 2020 y 2023, «El Embalse» se concibe como una experiencia continua, con transiciones que invitan a escucharlo sin pausas, idealmente en movimiento por un parque o un entorno natural.
La portada —fotografiada por Pole en el humedal de Batuco— muestra al protagonista de rodillas frente al agua, gesto que refuerza la dimensión espiritual de esta trilogía en construcción.
Más que un disco, «El Embalse» funciona como un mapa emocional que registra la lucha interna y el peso de lo no resuelto. Una invitación a contemplar lo estático, lo estancado y lo visceral, en un diálogo abierto con la música independiente chilena de su generación.
Corto Punzante 
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